Para desarrollar las nuevas energÃas en edificios, ustedes han pensado en emplear tres tipos de energÃa diferentes: la biomasa, la energÃa solar y la geotermia para usos térmicos, a través de las llamadas Empresas de Servicios Energéticos de entre las distintas EnergÃas Renovables, ¿por qué se han decidido concretamente por estas tres tecnologÃas?
Estos programas nacieron de la necesidad de impulsar tres tipos de energÃas renovables que aún no habÃan tenido el mismo desarrollo que otras. La biomasa, la energÃa solar térmica, y la geotermia para usos térmicos aún no disponen del mismo marco de apoyo que otras, por ello, decidimos centrarnos en estas tres áreas para mejorar sus esquemas de promoción.
En el diseño de estas lÃneas de trabajo se han tenido en cuenta las principales dudas que presentan este tipo de instalaciones, asà como las ventajas reales que otorgarÃan al usuario final. Por ejemplo, el coste de la biomasa, realmente, es considerablemente inferior al de la mayorÃa de los combustibles tradicionales como puede ser el gasóleo. El problema es que la instalación de la caldera y de los mecanismos que necesitarÃa para que funcionase es mayor. Por ello, decidimos incentivar la financiación de estos sistemas para que el desembolso inicial no suponga un problema para los consumidores.
Entrevista en el diario La Razón (16.02.2011) a Jaume Margarit Roset: Director de EnergÃas Renovables del Instituto para la Diversificación y Ahorro de la EnergÃa.
¿Y por qué quieren desarrollar estos proyectos a través de Empresas de Servicios Energéticos? Hemos decidido emplear este sistema porque la introducción de este tipo de empresas nos garantiza la calidad de las instalaciones y su correcto mantenimiento en el tiempo.
Solo podrán desarrollar estos proyectos las compañÃas habilitadas que, además, están obligadas a dar un servicio al usuario final que le cueste, como mÃnimo, un 10% menos que la alternativa de usar un combustible fósil.
En la búsqueda por lograra la mayor eficiencia energética y sostenibilidad medioambiental, el IDAE ha lanzado los programas Biomcasa, Solcasa y Geotcasa, ¿podrÃa explicarnos las principales caracterÃsticas de este modelo de actuación?
Para empezar, hay que señalar que son programas pilotos. Y esto es asà porque entendemos que lo correcto es que esas iniciativas se deberÃan desarrollar desde las entidades financieras.
Como punto de partida, destacaremos que estos programas están pensados para edificios públicos o privados, tanto ya existentes como de nueva construcción. En principio, se diseñaron sólo para pequeñas y medianas instalaciones, pero, en unos pocos meses, esperamos que comience a funcionar el nuevo programa GIT, para Grandes Instalaciones Térmicas.
El presupuesto inicial con el que contamos para apoyar la financiación de los proyectos es de cinco millones de euros para Biomcasa y Solcasa y de tres millones para Geotcasa. Como el proyecto para Biomasa ya lleva dos años en funcionamiento, casi se ha agotado esta cantidad. Por ello, acabamos de aprobar un incremento en su presupuesto de otros tres millones de euros.
¿Cómo se pueden solicitar estas ayudas?
Las empresas de servicios energéticos que quieran acceder a esta financiación tienen que ser habilitadas por el IDAE acreditando su solvencia técnica y económica. Posteriormente deberán presentar propuestas de financiación para proyectos concretos para que el Instituto las estudie y decida si las aprueba.
Estamos hablando de financiaciones durante un periodo de 10 años, pasado el cual el equipo pasará a ser propiedad del usuario final. De esa forma ese ahorro mÃnimo de un 10% que le garantizamos durante el primer decenio podrÃa incrementarse.
Actualmente, llevan ya más de dos años trabajando con el proyecto BIOMCASA. ¿Cómo calificarÃa la implantación de este programa piloto?
La verdad es que la evolución de Biomcasa ha sido realmente buena. Desde el principio vimos que se aceptó muy bien y, a dÃa de hoy, sigue a buen ritmo. Contamos con 49 empresas de servicios energéticos habilitadas repartidas por toda la geografÃa española. En menos de dos años de actividad se han financiado 50 proyectos con más de 4,4 millones de euros, lo que ha supuesto una potencia total instalada de 12 megavatios térmicos. Gracias a Biomcasa se evita la emisión de más de 7.000 toneladas de CO2 al año.
Cuáles son sus expectativas respecto al éxito de las otras dos lÃneas de actuación, Solcasa y Geotcasa?
Antes de nada, tenemos que tener en cuenta que el diseño y el éxito del programa de biomasa sirvió de pistoletazo de salida para los otros dos proyectos. A dÃa de hoy, se puede hablar de un éxito inicial como demuestran las 17 empresas de servicios energéticos habilitadas para Solcasa y las 11 para Geotcasa. De todas formas, las exigencias que se les pidieron a las ESEs hace dos años no deberÃan ser tan altas en estas dos nuevas iniciativas.
A la hora de impulsar la instalación de las energÃas renovables en los edificios, ¿Cuál es el papel que pueden jugar las administraciones?
Desde mi punto de vista, lo ideal serÃa que no fuese necesaria la ayuda de los organismos públicos. Esto serÃa la mejor muestra de que el sector habrÃa madurado, tanto a nivel tecnológico como económico. Por ahora, esta situación aún no se ha producido, pero los datos con los que contamos nos ayudan a pensar que en un futuro próximo alcanzaremos esa meta.
Hasta ese momento, las administraciones debemos ayudar al desarrollo y la consolidación de las nuevas energÃas, tenemos que supervisar su buen funcionamiento desde el comienzo de cada proyecto y vigilar su mantenimiento para que la sociedad se convenza de los beneficios de las energÃas renovables.
En muchas ocasiones, los usuarios se quejan de que el principal problema de estos sistemas es que se deben asumir costes elevados, A dÃa de hoy, ¿es realmente rentable realizar una instalación de este tipo?
Yo creo que sÃ, que es rentable. En el caso de la Biomasa, su rentabilidad frente a los combustibles fósiles es muy clara. Para empezar, hemos garantizado un ahorro mÃnimo de un 10% los diez primeros años, tras los cuales la caldera pasará a ser propiedad del usuario final. Pero, además si tenemos en cuenta que dentro de una década el precio de los combustibles tradicionales estará mucho más caro, esa rentabilidad aumentará considerablemente.